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Feock community - credit Rebecca Rawbone
COVID sparks volunteering boost
Researchers working on a project across four European countries have seen a "significant rise" in volunteering and community action during the COVID-19 pandemic.
The Healthy Aging through Innovation in Rural Europe (HAIRE) project relies on volunteers to achieve its aim of empowering older people to improve their communities.
It is working in eight rural locations in the UK, France, Belgium and the Netherlands – and the team have been delighted by the community response to the COVID crisis.
The initial surge in volunteers has subsided as many have returned to work, but the project is still finding "no difficulty" in recruiting helpers.
"In all our partner countries, we have seen a significant rise in voluntary, local authority and community action," said project leader Professor Catherine Leyshon, of the University of Exeter.
"In the parish of Feock in Cornwall, 150 volunteers came forward during lockdown to help their fellow villagers.
"Our colleagues in Le Nord, France, telephoned every person over 60 living in their region during the lockdown period to check on their wellbeing and to track their needs.
"The levels of voluntary participation have naturally dropped as people have gone back to work and other responsibilities, but COVID has reminded many of what’s important.
"We’ve had no difficulties recruiting 'HAIRE Enablers' – the volunteers who will go out and have 'Guided Conversations' with older people to understand their needs."
The project's Guided Conversations are designed to allow older people to talk openly about what is important to them, how they feel about their lives and the place they live in.
The HAIRE team, which includes the University of Plymouth, is creating a “tool kit” – a set of steps that could be used anywhere to identify problems and solutions that will improve people’s lives.
The project officially began on January 1 this year, and the pandemic forced the team to make rapid changes to their initial plans.
Some discussions have taken place face-to-face (in line with social distancing rules), but telephone conversations and online events have also been organised.
In the Netherlands, the team carrying out Guided Conversations say the experience has renewed relations with individuals and gained new insights into the community.
In Unis-Cité, France, younger and older people are being brought together through a variety of intergenerational programmes.
"Our Guided Conversation is not a finished tool – it is evolving, organic, responsive to individuals and their places," Professor Leyshon said.
"We are learning as we go, but in every instance, nurturing an individual relationship is key to its success.
"In Laakdal, Belgium, one of our partners tested the Guided Conversation outdoors with two elderly participants who were good friends.
"With a Duvel in hand (a typical Belgian beer), they were encouraged to talk about themselves.
"Both participants agreed they learnt things about each other as a result.
"They reflected on life’s strains during the pandemic.
"All activities for elderly people had been taken away, and the two friends said the Guided Conversation was the most fun they’d had in months."
Professor Leyshon added: "Before COVID-19 hit, there were already global concerns about rising levels of loneliness, particularly among older people, which is what HAIRE was designed to tackle.
"With increased levels of isolation, fear, local lockdowns and a second wave of the virus well under way in Europe, HAIRE’s plan to harness the power of volunteers and community kindness has become more relevant than ever.
"The project is all about building connections and relationships so that communities are empowered to make change."
HAIRE is funded by Interreg 2 Seas, an EU scheme that promotes territorial cooperation between the UK, France, Belgium and the Netherlands.
The project is a partnership of 14 local authorities, academic institutions and voluntary and community service organisations.
The University of Exeter’s Social Innovation Group (SIG), based at its Penryn Campus in Cornwall, is the project’s lead partner.
Spanish Translation
COVID despierta el auge de voluntariado
Un grupo de investigadores que trabaja en un proyecto en cuatro países europeos informó haber observado un «aumento significativo» en las acciones comunitarias y de voluntariado durante la pandemia de la COVID-19.
El proyecto Healthy Aging through Innovation in Rural Europe (HAIRE) trabaja con voluntarios para empoderar a las personas de edad avanzada para mejorar sus comunidades. El equipo, que actualmente trabaja en ocho destinos rurales en el Reino Unido, Francia, Bélgica y los Países Bajos, se enorgullece de la respuesta de la comunidad ante la crisis de la COVID. La ola inicial de voluntarios se aquietó un poco cuando muchos tuvieron que regresar al trabajo, pero igualmente el proyecto «no tiene problemas» para encontrar participantes.
«En todos los países con los que trabajamos hemos visto un aumento significativo en las acciones comunitarias, de autoridades locales y de voluntariado», afirmó la profesora Catherine Leyshon, líder del proyecto, de la Universidad de Exeter. «En el distrito británico de Feock, condado de Cornwall, 150 voluntarios se ofrecieron durante el aislamiento para ayudar a sus vecinos. Nuestros colegas en Le Nord, Francia, llamaron por teléfono a todos los mayores de sesenta años que viven en su región durante el aislamiento para confirmar que estuvieran bien y hacer un seguimiento de sus necesidades».
Y agregó: «Los niveles de participación voluntaria descendieron naturalmente cuando la gente tuvo que retornar a sus trabajos y otras responsabilidades, pero la COVID le ha recordado a muchos qué es lo más importante. No tenemos problemas para conseguir “Posibilitadores HAIRE”, es decir, voluntarios que salgan y tengan “conversaciones guiadas” con personas de edad avanzada para comprender sus necesidades».
Las conversaciones guiadas del proyecto fueron concebidas para que las personas de edad avanzada puedan hablar abiertamente sobre lo que les importa, cómo se sienten sobre sus vidas y el lugar en el que viven. El equipo de HAIRE, que incluye a la Universidad de Plymouth, está trabajando en la creación de una «caja de herramientas»: una serie de pasos que puedan emplearse en cualquier lugar para identificar problemas y soluciones que mejoren la vida de la gente.
El proyecto comenzó oficialmente el 1 de enero de este año, y la pandemia obligó al equipo a modificar rápidamente sus planes iniciales. Algunas conversaciones tuvieron lugar de manera presencial (observando las reglas de distancia social), pero también se organizaron conversaciones telefónicas y eventos en línea.
En los Países Bajos, el equipo que lleva a cabo las conversaciones guiadas, dice que la experiencia ha renovado las relaciones entre las personas y ha brindado una nueva percepción de comunidad. En Unis-Cité, Francia, se han acercado jóvenes y personas de edad avanzada mediante distintos programas intergeneracionales.
«La conversación guiada no es un producto terminado: evoluciona, es orgánica, responde a las personas y sus entornos», explica la profesora Leyshon. «Estamos aprendiendo sobre la marcha, pero alimentar una relación individualizada en cada instancia es fundamental para el éxito del programa».
La profesora cuenta: «En Laakdal, Bélgica, uno de los integrantes del proyecto decidió intentar una conversación guiada al aire libre con dos participantes de edad avanzada que eran amigos. Mientras tomaban una Duvel (típica cerveza belga), se fomentaba un diálogo sobre ellos mismos. Ambos participantes coincidieron en que aprendieron cosas sobre el otro gracias al intercambio. Reflexionaron sobre las dificultades que presenta la vida durante la pandemia. Todas las actividades para las personas de edad avanzada se habían cancelado, y estos amigos dijeron que la conversación guiada había sido lo más divertido que hicieron en varios meses».
Y agrega la profesora Leyshon: «Ya antes de la COVID-19 había preocupación a nivel mundial con respecto al aumento de la soledad, en especial entre las personas de edad avanzada, y es para hacer frente a esto que nace HAIRE. Ante un mayor nivel de aislamiento, el miedo, las restricciones locales y una segunda ola del virus bastante avanzada en Europa, el plan de HAIRE es aprovechar el poder del voluntariado y de la amabilidad en las comunidades, y se ha tornado más relevante que nunca. El proyecto se trata de establecer conexiones y relaciones para empoderar a las comunidades y que puedan generar cambios».
El proyecto HAIRE cuenta con financiamiento de Interreg 2 Seas, un programa de la UE que promueve la cooperación territorial entre el Reino Unido, Francia, Bélgica y los Países Bajos. Representa una asociación entre catorce autoridades locales, instituciones académicas y organizaciones de servicio comunitario y voluntario.
El Grupo de Innovación Social (SIG por sus siglas en inglés) de la Universidad de Exeter, que trabaja desde el Campus de Penryn, en Cornwall, es el socio principal del proyecto.
Translation by María Florencia Fernández, MA Translation Studies student
German Translation
Freiwilligenarbeit boomt dank COVID
Während der COVID-19-Pandemie haben Forscher, die an einem länderübergreifenden Projekt arbeiten, einen "signifikanten Anstieg" ehrenamtlicher Arbeit auf Gemeindeebene beobachten können.
Das Projekt „Healthy Aging through Innovation in Rural Europe” (HAIRE), an dem vier europäische Länder arbeiten, möchte ältere Menschen dazu ermutigen, an der Gestaltung des Lebens in ihren Gemeinden aktiv mitzuwirken. Das Projekt ist auf freiwillige Helfer angewiesen.
Acht ländliche Gebiete in Großbritannien, Frankreich, Belgien und den Niederlanden nehmen an dem Projekt teil – und die Reaktion der Einwohner auf die Pandemie hat das Team beeindruckt.
Die Zahl der Freiwilligen hat nach einem anfänglichen Anstieg wieder abgenommen, da viele ihre Arbeit wieder aufgenommen haben. Das Projekt findet jedoch auch weiterhin problemlos Mitarbeiter.
„Wir haben in unseren Partnerländern einen Anstieg des ehrenamtlichen, lokalen und sozialen Engagements beobachtet“, sagt Projektleiterin Professor Catherine Leyshon von der Universität Exeter.
„In der Gemeinde Feock in Cornwall haben sich während des Lockdowns 150 Freiwillige gemeldet, um den Mitbewohnern ihres Dorfes zu helfen.“
„Unsere Kollegen in Le Nord, Frankreich, haben während der Ausgangssperren alle über 60jährigen Bewohner der Region telefonisch kontaktiert, um sich nach ihrem Wohlbefinden und ihren Bedürfnissen zu erkundigen.“
„Nachdem die Menschen wieder zur Arbeit zurückgekehrt sind, ist die Zahl der Beteiligten naturgemäß wieder gefallen. COVID hat aber viele an das erinnert, was im Leben wirklich wichtig ist.“
„Wir hatten keinerlei Schwierigkeiten damit „HAIRE Enablers“ zu finden – so nennen sich die Freiwilligen, die losziehen und „Guided Conversations“ („Angeleitete Gespräche“) mit älteren Menschen führen, um ihre Bedürfnisse besser zu verstehen.“
Diese Gespräche sollen älteren Menschen die Möglichkeit geben, offen darüber zu sprechen, was ihnen wichtig ist und wie sie sich in Hinblick auf ihr Leben und ihren Wohnort fühlen.
Das HAIRE-Team, zu dem auch die Universität Plymouth gehört, ist gerade dabei, ein „Tool-Kit“ zu entwickeln. Dabei handelt es sich um eine Reihe von Maßnahmen, die überall angewendet werden können, um Probleme zu erkennen und Lösungen zu finden, die das Leben der Menschen angenehmer machen.
Das Projekt startete im Januar dieses Jahres. Aufgrund der Pandemie musste das Team seinen ursprünglichen Plan jedoch kurzfristig anpassen.
Einige Gespräche konnten persönlich (unter Einhaltung des Mindestabstandes) stattfinden, es wurden aber auch Telefongespräche geführt und Online-Veranstaltungen organisiert.
Das für die Gespräche in den Niederlanden verantwortliche Team ist der Ansicht, dass durch diese Erfahrung die Beziehungen mit einzelnen Personen wiederaufgebaut und neue Einblicke in die Gemeinschaft gewonnen werden konnten.
In Unis-Cité in Frankreich gibt es eine Reihe von generationsübergreifenden Programmen, die Jung und Alt zusammenbringen sollen.
„Bei diesen Gesprächen handelt es sich nicht um ein fertiges Konzept – sie sind dynamisch und entwickeln sich in Zusammenarbeit mit den Teilnehmern und ihren jeweiligen Umständen ständig weiter.“
„Wir sind noch dabei aus der Praxis zu lernen – man kann aber sagen, dass die Pflege einer persönlichen Beziehung der Schlüssel zu ihrem Erfolg ist.“
„Einer unserer Partner in Laakdal in Belgien hat die Gespräche mit zwei älteren, gut befreundeten Teilnehmern im Freien geführt.“
„Mit einem Duvel in der Hand (einem typisch belgischen Bier), waren sie ermutigt, über sich selbst reden.“
„Beide Teilnehmer waren der Meinung, im Zuge des Gespräches neue Dinge übereinander erfahren zu haben.“
„Sie unterhielten sich auch über die Strapazen des Lebens während der Pandemie.“
„Die Aktivitäten für ältere Leute fielen alle weg. Die zwei Freunde meinten, dass sie in den letzten Monaten nicht mehr so viel Spaß wie während der Projektgespräche gehabt hätten.“
Professor Leyshon fügt hinzu: „Schon bevor COVID-19 ausbrach, gab es weltweit Besorgnis über die zunehmende Einsamkeit - besonders unter alten Leuten. Das ist genau das Problem, das HAIRE in Angriff nehmen will.“
„Wachsende Isolierung, Angst, regionale Lockdowns und eine zweite Welle der Pandemie, die in Europa schon im Gang ist, machen deutlich, dass HAIREs Absicht, den guten Willen der Freiwilligen mit dem der Gemeinschaft zu vereinen, nun wichtiger ist denn je.“
„Beim Projekt geht es darum, Beziehungen und Verbindungen aufzubauen, sodass sich die Gemeinden in der Lage fühlen, etwas zu verändern.“
HAIRE wird von Interreg 2 Seas, einem EU-Programm, dass die regionale Zusammenarbeit zwischen Großbritannien, Frankreich, Belgien und den Niederlanden fördert, finanziert.
Das Projekt ist eine Partnerschaft von 14 lokalen Behörden, wissenschaftlichen Einrichtungen und Organisationen im Rahmen der Freiwilligenarbeit und des Gemeinschaftsdienstes.
Die Social Innovation Group (SIG) der Universität Exeter, mit Sitz in Penryn in Cornwall, ist der federführende Partner des Projekts.
Translation by Bettina Ransley, MA Translation Studies student 2020-21.
French Translation
Le COVID intensifie l’engagement bénévole
Des chercheurs impliqués dans un projet réunissant quatre pays européens ont constaté une « augmentation importante » de l’engagement bénévole et de l’action locale pendant la pandémie du COVID-19.
Le projet HAIRE, « bien vieillir grâce à l’innovation en Europe rurale » [en anglais « Healthy Aging through Innovation in Rural Europe »], compte sur le volontariat pour remplir son objectif : aider les personnes âgées à s’équiper des bons outils pour améliorer leurs communautés.
Le projet a été mis à l’œuvre dans huit régions rurales au Royaume-Uni, en France, en Belgique et aux Pays-Bas, et l’équipe de chercheurs est enchantée par la réaction de ces communautés à la crise du COVID.
Bien que l’afflux initial de bénévoles se soit amoindri, nombre d’entre eux ayant repris le travail, le projet ne rencontre toujours « aucune difficulté » à recruter des volontaires.
« Dans tous nos pays partenaires, nous avons observé une augmentation importante en termes d’action bénévole, d’action municipale et d’action locale », affirme la directrice du projet, Catherine Leyshon, professeure à l’Université d’Exeter.
« Dans la commune de Feock en Cornouailles, 150 bénévoles se sont proposés d’aider leurs concitoyens pendant le confinement.
« Nos collègues dans le département du Nord, en France, ont appelé chaque personne de plus de 60 ans habitant leur région pendant le confinement pour s’assurer de leur bien-être et s’enquérir de leurs besoins.
« Le nombre de participations bénévoles a bien sûr diminué quand les gens sont retournés au travail et à leurs occupations, mais le COVID a rappelé à beaucoup d’entre nous ce qui est véritablement important.
« Nous n’avons eu aucune difficulté à recruter des « Aidants HAIRE », c’est-à-dire les bénévoles sur le terrain qui engageront des échanges orientés, portant le nom de « Conversations Guidées », avec les personnes âgées afin de comprendre la teneur de leurs besoins. »
Ces « Conversations Guidées » sont conçues pour permettre aux personnes âgées de parler à cœur ouvert de ce qui compte pour elles, comment elles se sentent dans leur vie et dans l’endroit où elles habitent.
L’équipe HAIRE, qui comprend également des chercheurs de l’Université de Plymouth, s’attache à créer une « boîte à outils » : une série de mesures polyvalentes pour identifier les problèmes et les solutions qui pourraient améliorer la vie des personnes âgées.
Le projet a officiellement démarré le 1er janvier cette année, et la pandémie a contraint l’équipe de chercheurs à rapidement modifier ses plans de départ.
Si certaines discussions ont eu lieu en personne (dans le respect des mesures de distanciation sociale), des appels téléphoniques et des visioconférences ont également été organisés.
Au Pays-Bas, l’équipe qui réalise les « Conversations Guidées » révèle que cette expérience a régénéré les relations entre les résidents et a permis aux chercheurs de découvrir la communauté sous une nouvelle lumière.
Au sein de l’association française Unis-Cité, des individus de tous les âges se retrouvent sur une variété de programmes intergénérationnels.
« Nos « Conversations Guidés » ne sont pas un produit fini mais un outil en cours d’évolution, qui suit une maturation naturelle, influencé par les individus et leurs territoires », déclare la professeure Leyshon.
« Nous n’avons de cesse d’apprendre, mais dans tous les cas, c’est en cultivant des relations individuelles que nous garantirons son succès.
« Dans la municipalité de Laakdal en Belgique, un de nos partenaires a lancé une « Conversation Guidée » en plein air entre deux participants âgés qui étaient par ailleurs bons amis.
« Une choppe de Duvel à la main, ils ont été incités à parler d’eux-mêmes. Les deux participants ont reconnu avoir appris à mieux se connaître grâce à cela.
« Ils ont discuté des épreuves de tous les jours en temps de pandémie, par exemple le fait que toutes les activités pour les personnes âgées ont été annulées. Les deux amis ont déclaré ne pas s’être autant amusés depuis des mois. »
La professeure Leyshon a ajouté : « Avant l’arrivée du COVID-19, il y avait déjà beaucoup d’inquiétude vis-à-vis d’un sentiment d’isolement toujours plus accru, en particulier chez les personnes âgées, ce à quoi HAIRE était censé remédier.
« Face à la croissance du sentiment d’isolement et de la peur, face aux confinements locaux et à la seconde vague du virus qui progresse vite en Europe, le projet d’HAIRE d’utiliser la puissance d’action du bénévolat et des relations déjà établies dans les communautés est plus pertinent que jamais.
« Le projet se destine à construire des connections et des relations afin que les communautés aient les moyens de faire bouger les choses. »
HAIRE est financé par Interreg 2 Mers, un projet de l’UE visant à promouvoir la coopération territoriale européenne entre le Royaume-Uni, la France, la Belgique et le Pays-Bas.
Le projet est un partenariat entre 14 autorités locales, établissements universitaires et associations bénévoles d’utilité sociale.
« L’équipe d’innovation sociale » (SIG) [en anglais, « Social Innovation Group »] de l’Université d’Exeter, basée sur son campus de Penryn en Cornouailles, est le partenaire principal du projet.
Traduit par Valentine Naude, étudiante en MA Translation Studies à l’Université d’Exeter.
Translation by Valentine Naude
Date: 12 October 2020